26 DE JULIO
El Registro Civil en Chile tiene sus orígenes en la época colonial, cuando se estableció por primera vez en 1566 la figura de los “escribanos públicos”, encargados de llevar registros sobre nacimientos, matrimonios y defunciones. Sin embargo, fue recién en 1884 que se creó de manera oficial el Registro Civil, bajo la Ley de Registro Civil y Servicio de Identificación Personal. Antes de esa fecha, la Iglesia Católica era la encargada de registrar estos hechos vitales.
Desde entonces, el Registro Civil ha evolucionado y se ha modernizado para adaptarse a las necesidades de la sociedad chilena. En la década de 1930 se introdujeron mejoras significativas, como la creación de un sistema computarizado para la gestión de registros, y en la década de 1940 se implementaron medidas para la automatización de procesos.
En la actualidad, el Registro Civil es un organismo público dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y se encarga de llevar registros civiles de nacimientos, matrimonios, defunciones, adopciones, divorcios, entre otros. Además, también se encarga de la emisión de cédulas de identidad y pasaportes.
Este organismo público juega un papel fundamental en la vida de los ciudadanos, ya que garantiza la protección de sus derechos civiles y la certeza jurídica en todos los actos que requieren de un registro oficial. Gracias a su labor, se facilita la identificación de las personas, se protege la información personal y se promueve la transparencia en los procesos administrativos.